¿Qué hacer y cómo afrontar el bullying en el trabajo?
El bullying o acoso profesional está hoy en portadas de diarios, revistas y noticieros. Más que ser un tema de actualidad, lo que realmente novedoso es que se admite que existe y por lo tanto se permite que se hable de ello. Porque, no nos engañemos, el acoso como tal ha existido en todos los tiempos.
La esencia de lo que se conoce como acoso sigue siendo la misma: uno que parece más débil es dominado por uno que parece más fuerte. Sin embargo, débil o fuerte son percepciones a veces basadas en el título que describe un cargo laboral. Ves a alguien superior o inferior por el solo hecho de tener más o menos responsabilidad que tú.
¿Qué es lo que hoy en día hace al acoso diferente? En realidad nada. Y ese es el problema. Sin embargo sí podríamos hacer mucho con solo hacer un ligero e importante ajuste en la mirada de la dinámica relacional que se establece entre al que se le llama acosador y el acosado.
¿Somos todos acosadores?
Todas las personas tenemos el potencial de ser matones si nos llevan a un extremo emocional tocándonos nuestras fibras más sensibles. Sinceramente, ¿No has sentido acosado a veces en el trabajo, en la familia, por tus amigos o personas cercanas? ¿no te has visto alguna vez actuando tú como “acosador” ente alguien en tu trabajo, en tu familia, con tu pareja, con tus hijos, amigos o personas cercanos?
Sí, quizás te cuesta admitirlo porque tu podrías justificar tu “actuación de acosador” con excelentes argumentos, incluso admitiéndolo de una manera que otros lo merecían, pero esto no exime a que el otro deje de verte como su acosador. La excusa que más escucho es: “bueno, es que eso que hago no es lo mismo”.
Los acosadores pueden actuar por ira o resentimiento cuando ven comportamientos en otros que no reconocen o no les gustan en sí mismos.
También pueden reaccionar agresivamente ante algo que ellos perciben como amenaza a su escala de valores individuales.
¿Y cómo combatir a los acosadores?
Un acosador busca exactamente eso: combatir. Por lo tanto si tú le combates, él ya ganó. Y ¿a quién acosa el acosador? Pues a alguien a quien percibe que va a ganarle, es decir, a una persona que le parezca que es menos fuerte que él.
Lo más interesante en las dinámica de acosamiento es que, el que se siente acosado también se percibe a si mismo, más indefenso o débil que el acosador. Por lo tanto esta percepción de indefensión es lo que hace que cualquier combate lo pierda antes de empezar a pelear.
Y hasta aquí todo es como siempre. Una víctima y un verdugo. Uno fuerte que se aprovecha de la debilidad de otro. Pero ¿es aquí donde la historia acaba? En una de súper héroes es justo donde la historia empieza a cobrar sentido.
¿Y cómo podría trasladarse esto a la vida real?
Hay una ciencia detrás del comportamiento humano a la que yo llamo la psicología interior de las relaciones. Y uno de los principios de esta ciencia que explica el comportamiento humano dice que
Dondequiera que tú no tengas poder, serás dominado.
Mira alrededor de tu vida y verás que en aquellos aspectos de tu vida en los que no tienes suficiente poder, alguien lo tiene por ti. ¿Es esto un error? Quizás no. ¿Es esto algo que se pueda cambiar? Quizás sí. ¿De quién depende? Quizás de ti.
Veámoslo de la siguiente manera. ¿qué pasaría si al que se siente acosado lo entrenamos y lo súper vitaminamos con confianza en si mismo, conexión con su poder personal y con habilidades de comunicación creativas de forma que el acosador lo vea al menos con la misma fuerza o más que él?
Si hiciésemos esto ¿crees que el acosador tendría la tentación de acosar a la misma persona? Lo más probable es que no. De esta manera, sin combatir el acosado gana. Y además, antes de iniciar cualquier combate con el acosador, el acosado también ganó confianza, conexión y creatividad, tres pilares sobre los que se sustenta el amor propio.
El comportamiento de intimidación es útil si lo aprovechas en tu beneficio.
Es posible que no tengas la capacidad de impedir que otros actúen de forma acosadora y puedas sentirte desmotivado, alienado o frustrado. Pero lo realmente importante no es lo que está pasando en tu vida, si no cómo tú lo interpretas y lo que decides hacer con esa experiencia.
Empoderarte depende de ti. Y si tú te sientes empoderado las probabilidades de que otros te acosen se reducen. Y así es como en una realidad sin súper héroes tú te conviertes en el héroe de tu propia valía en lugar de sentirte víctima.
Óscar Durán Yates
Fundador de Coaching Cuántico desde 2008
Especialista en relaciones – formador, conferencista y autor
“4 pasos para transformar relaciones tóxicas”
Una guía para recuperar las buenas sensaciones en tu trabajo y vida personal